CONTRACTURA: qué es y cómo evitarla

Pacientes me preguntan en consulta qué son los “nudos”, bolas o pelotas que nos salen en el cuello. Pues esas bolas es lo que se llama una contractura. Os explicamos qué es una contractura, cuándo ocurren y cómo evitarlas.

Qué es una contractura
Los músculos están formados por fibras musculares que se contraen y relajan de manera voluntaria, pero ¿qué ocurre cuando pasa de manera involuntaria? Cuando un grupo de estas fibras musculares se contrae de manera involuntaria y constante se generan las famosas y dolorosas contracturas.
Por lo general, las personas notan una tensión por la zona, dolor que puede ser irradiado a otra parte del cuerpo, un bulto o la alteración del normal funcionamiento del músculo.

Cuándo nos puede ocurrir

Pueden aparecer en varias ocasiones:

  • Cuando el músculo está realizando una actividad con una intensidad inadecuada. Es decir, cuando estamos en el gimnasio y cogemos más peso del debido.

  • Cuando el músculo está realizando una actividad en una función inadecuada. Por ejemplo, en una jornada laboral frente a un ordenador si estamos en una mala posición durante un tiempo prolongado o en el gimnasio en las clases de spinning si el sillín de la bici no está en la posición correcta.

  • Por estrés emocional o psicológico como puede ser la ansiedad o la tensión, provocan reacciones que afectan al sistema nervioso causando rigidez y contracturas.

  • La deshidratación, la falta de magnesio o el potasio. Las células musculares necesitan glucosa, agua, sodio, potasio y magnesio para su buen funcionamiento.

Cómo se generan las contracturas

Las contracturas pueden formarse cuando estamos haciendo un esfuerzo o después de este.

Cuando estamos haciendo alguna actividad que requiere algún esfuerzo se van acumulando metabolitos en nuestras fibras musculares. Al no haber suficiente irrigación sanguínea que depure la zona, estos metabolitos provocan dolor e irritación y posteriormente la contractura.
En cambio, después de realizar el esfuerzo las fibras están fatigadas y la capacidad de relajación del músculo está disminuida, por lo tanto se queda en un estado de contracción mantenida, provocando finalmente la contractura.

Qué podemos hacer para evitarlas.

  • Una forma de prevenir las contracturas es hacer un calentamiento antes, preparando al músculo y aumentando así el riego sanguíneo.

  • Trabajando la flexibilidad de los músculos, para así facilitarles la recuperación después de la actividad.

  • Manteniendo una buena postura y no permaneciendo mucho tiempo quietos.

  • Asegurarte de tener una buena hidratación.


Ahora que ya sabemos qué es, cómo se produce y cómo evitarlo os animo a que os cuidéis y lo pongáis en práctica.

Nevada Garcia Orts